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venimos

saludando a nuestro alcalde

y a nuestro pueblo querido.

 

Desenvainando la espada,

para con ella luchar.

Enveinar esas espadas,

no os dejamos luchar.

Y cantaremos alegres

los días de carnaval.

 

Viva, viva, la alegría,

viva, viva el buen humor,

y vivamos todos juntos

cantando con ilusión.

 

Mientras nosotros seguimos

con el resto del programa,

saldrán los tres elegidos;

no les ponguéis mala cara.

 

A ver si se portan bien

con estos tres caballeros,

escurriendo los bolsillos

y dándoles el dinero.

 

Enrejaos de mi ventana,

han puesto un ramo de flores;

yo digo que si será

del amor de mis amores.

 

Ven acá, cara de rosa,

[¿fomidá?] de mi reloj,

que anoche por tu querer

me dio la una y las dos.