por Isabel M.ª Ayala Herrera y M.ª Virginia Sánchez López
a) Altura/tono: Las transcripciones musicales se han realizado en el tono original o más cercano en el que cantan los informantes, en lugar de transportarlo al modo de referencia (mayor en do, menor en la, frigio en mi, mixolidio en sol, etc.). Asimismo, se han “corregido” desafinaciones momentáneas o prolongadas, sonidos ambiguos y portamentos.
Por lo que respecta a la línea melódica, se han depurado algunos adornos (mordentes, trinos), indicios de improvisaciones, dejando lo esencial de la misma. La reconstrucción de fragmentos o motivos dudosos u olvidos momentáneos se señala entre corchetes.
b) Ritmo: Se han añadido las indicaciones aproximadas de tempo, agógica así como el compás. En ocasiones, ante la dificultad de establecer un ritmo métrico en toda la pieza por los cambios de acentuación y/o presencia de pulso desdibujado se puede optar por transcribir secuencias melódicas sin compás concreto.
c) Relación música-texto: Para los fragmentos silábicos (una nota por sílaba) se emplean plicas y corchetes independientes; cuando hay presencia de melismas (varias notas por sílaba de texto) se usan barras de agrupación de notas en aquellos valores que las contemplan (corchea y consiguientes subdivisiones). En canciones estróficas, se aplica en partitura sólo el texto de la primera estrofa presentando aparte, debajo de la partitura, las siguientes.
d) Armonía: En caso de canciones o partes a dos o tres voces éstas pueden presentarse en pentagramas independientes o bien en el mismo pentagrama cuando se desdoblan (divisi). En cualquier caso, no se sugiere acompañamiento armónico ni cifrado de acordes.
e) Otros parámetros: La presencia de percusiones (palmas, pitos, etc.) o efectos sonoros diversos, matices de dinámica, indicaciones de articulación y de carácter se añadirán en partitura cuando sean relevantes y queden patentes plenamente en la grabación sonora.