Criterios de transcripción textual

por David Mañero Lozano

El CLO se ocupa de la transcripción de materiales procedentes de todo el ámbito hispanohablante, incluida la tradición sefardí. De este modo, hemos adoptado con escasas variaciones los criterios empleados en el Corpus Oral y Sonoro del Español Rural (COSER), coordinado por la profesora Inés Fernández-Ordóñez (UAM/RAE), quien se enfrentó ejemplarmente al reto de transcribir registros sonoros de distintas variedades del español.

De acuerdo con estas pautas de transcripción, respetamos las convenciones ortográficas habituales, si bien se hacen algunas concesiones a determinadas peculiaridades fonéticas, que en ningún caso aspiran a suplir la información que el especialista interesado en esta materia puede recabar mediante la escucha de los archivos sonoros accesibles en nuestra plataforma electrónica.

En lo referente a los signos de puntuación, aplicamos la norma del español, aunque conviene señalar algunas particularidades que afectan a la transcripción de los textos en prosa. Recurrimos a los puntos suspensivos  en los casos en los que el informante interrumpe momentáneamente el discurso (Ej.: “Cuando el padre le hizo falta otra vez, vino y... sacó la berza”). Cuando se repite una misma palabra, empleamos una coma, que va tras puntos suspensivos en el caso de que anteceda una pausa (Ej.: “Abrió y había allí de..., de, de... muchas mujeres atadas, muertas, mucha sangre”). Cuando el informante deja una palabra incompleta, lo señalamos con guion (-) en el lugar de corte, e introducimos seguidamente puntos suspensivos si se percibe que a continuación hay una pausa. En los casos en los que se deja incompleta una frase, generalmente debido a una autocorrección, lo indicamos con una pleca o barra vertical ("Y le llenó | le cargó el borriquillo de to: de comida, gallinas, de garbanzos, pan, de to").

En cuanto a la transcripción de variantes lingüísticas, en términos generales empleamos las convenciones ortográficas vigentes, si bien preferimos respetar ciertas peculiaridades fonéticas dialectales, como las supresiones (cazaó por cazadorcomprao por compradocomío por comidona por nadaonde por dondeande por adondepa’l por para élsabís por sabéiss’ha por se hato’l por todo elmu por muypos por puesventitrés por veintitrés, etc.), las adiciones (arrecogerasínrubinesmuncho) y metátesis de sonidos (trempano), así como las alternancias en el timbre de las vocales átonas. Reflejamos asimismo las variantes morfológicas (Ej.: tuviendososvosjuegabamarcharsencafesestraíba, etc.).

Para señalar las diferencias de acento debidas a pronunciaciones dialectales, recurrimos a la tilde con valor diacrítico (áhimáizpajáro, etc.), aunque se contravengan con esto las normas ortográficas.

Sin embargo, no hemos reflejado gráficamente los casos de seseo, ceceo, yeísmo o la aspiración o relajación de consonantes en coda silábica, que en determinados registros obligarían a una completa “refundación” gráfica, además de dificultar la comprensión. En términos generales, seguimos este criterio cuando se detecte una alteración fonética que suponga una sustitución de segmentos. Transcribimos entonces del siguiente modo: ['ehte] > este, ['derde] > desde, ['traθtor] > tractor, ['branka] > blanca, [kaθa'ol] > cazaor, ['ɣweno] > bueno, [a'ßuxa] > aguja, ['poʝo] > pollo, ['kasa] > caza, [θurko] > surco, [mu'ʃaʃo] > muchacho, etc. No obstante, en los textos poéticos, reflejamos estos rasgos cuando su normalización pueda afectar a la rima. Por lo demás, en el apartado de notas, advertimos de los casos de seseo y ceceo.

En la transcripción de romances, cuando el informante interrumpe la recitación y hace alguna aclaración, lo indicamos entre corchetes ([Com.]), y transcribimos al final de la composición los comentarios. Cuando, por el contrario, se trata de “enlaces prosísticos”, necesarios para la comprensión del texto y el seguimiento de la narración, los transcribimos dentro del texto, también entre corchetes ([Com.: Bueno, y entonces le pregunta a la madre que si tenía hijos, que si tenía padres.]).

Cuando las versiones contienen estribillos, o hemistiquios que se repiten en la interpretación cantada o la recitación, se transcriben en el apartado de notas, y se indica también en nota la periodicidad con la que aparecen.

Las omisiones de versos o lagunas de las que el informante tiene conciencia se indican mediante una línea de puntos suspensivos, que colocamos entre paréntesis cuando estos responden a un vacío de memoria que el informante no pone de manifiesto. En el caso de que falte más de un verso, se recurre también a los puntos suspensivos, enmarcados entre barras oblicuas del siguiente modo: /.............../.............../

Por último, cuando no entendemos con claridad un término, lo colocamos entre corchetes y signos de interrogación (p. ej.: "y se echó sobre el [¿alzaife?]").